lunes, 3 de marzo de 2008

La multiplicación de las lanzas

Según lo escrito en el Nuevo Testamento, Jesús realizó un milagro multiplicando peces para alimentar a sus seguidores. Lo que no se escribió en la Biblia es la capacidad que desarrollarían posteriormente los cristianos para multiplicar las existencias de reliquias santas.

Así ocurrió con la supuesta lanza con la que el centurión Longinos atravesó el costado de Jesús para saber si había muerto. Según algunas fuentes de la época, algunos judíos robaron la lanza del arsenal romano y la escondieron. Allí permaneció durante varios siglos hasta que una emperatriz bizantina organizó una excavación en Jerusalén para recuperarla y la llevó a Constantinopla.

Durante la Edad Media proliferaron distintas lanzas sagradas en diversos puntos de Occidente, pues todos los monarcas querían poseerla como justificación de que su poder era divino (lo que también pretendió Hitler en su día).
La multiplicación de las lanzas sagradas terminó con ejemplares de estas armas como tesoros nacionales de Austria, Polonia, Armenia y la leyenda de que en uno de los pilares del Vaticano también se encuentra la famosa lanza.

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