sábado, 26 de julio de 2008

El peor enemigo del rey más promiscuo de Inglaterra

Tras la muerte de Napoléon en Santa Helena el 5 de mayo de 1821, un mensajero inglés se apresuró a contarle la noticia a su rey, Jorge IV. Emocionado por la importancia de la noticia le dijo al monarca: "Majestad, vuestro peor enemigo ha muerto". Para asombro del recadero, Jorge IV le contestó: "¿Qué le ha pasado a mi mujer?".

Parce ser que la relación del rey con su esposa y reina de Inglaterra, Carolina de Brunswick-Wölfenbuttel, era algo más que pésima, en lo que sin duda influyó la desaforada tendencia a la promiscuidad del monarca, quien solía cortar un mechón de pelo a sus amantes y guardarlo en un sobre con su nombre a modo de recuerdo y que en el momento de su muerte en junio de 1830 había conseguido coleccionar alrededor de 7.000 de estos trofeos.

jueves, 24 de julio de 2008

Asedio en el desayuno

El 27 de septiembre de 1529 las tropas del sultán otomano Solimán I asediaron Viena, capital del Archiducado Austriaco. Se dice que los turcos contaban con entre 90.000 y 120.000 hombres y que los vieneses tan sólo tenían unos 20.000 efectivos para su defensa, aún así los austriacos lograron derrotar a los otomanos tras unas semanas de asedio.

Quizá los mandatarios turcos pensaban que pasarían a la Historia por la toma de la ciudad, pero con total certeza desconocían que su ataque daría origen a uno de los elementos del desayuno que actualmente se encuentra a lo largo y ancho del globo.

Los turcos fracasaron en su intento de conquista de la ciudad del río Viena porque algunos panaderos austriacos, cuyos hornos estaban en sótanos orientados hacia los muros de la ciudad, descubrieron a los zapadores del sultán cavando los túneles de acceso a la ciudad, lo que permitió a los vieneses resitir esperando tropas de refuerzo y terminar por expulsar a los turcos.

Tras la victoria, para tratar de mofarse de los enemigos vencidos, los panaderos vieneses decidieron hacer panecillos con forma de media luna y así comerse el símbolo del islam. Estos panecillos tuvieron bastante éxito y han llegado hasta nuestros días como los croissants. Desde entonces es muy habitual zamparse le recuerdo de un asedio por la mañana.

miércoles, 23 de julio de 2008

El marsupial "no le entiendo"

Cuando los ingleses se dispusieron a conquistar y colonizar los vastos territorios australianos en la segunda mitad del siglo XVIII se toparon con unos animales saltarines de aspecto afable que jamás habían visto en ningún otro lugar. Asombrados ante estos marsupiales, preguntaron a los aborígenes (que mostraban una conducta afable hacia los recién llegados, no como ocurrió en otras muchas colonizaciones) cómo se llamaban. Éstos les respondieron algo así como"Ghan ghu ru", lo que los ingleses entendieron como "kangaroo", y así se puso nombre a los canguros. No obstante, los británicos no se dieron cuenta de que si no se enseña a alguien un idioma es prácticamente imposible que éste le comprenda, así que cuando preguntaron a los nativos australianos en su perfecto inglés de las islas por el nombre de los canguros lo que en realidad respondieron los aborígenes fue "Ghan ghu ru", es decir, "no le entiendo" en su idioma nativo.

viernes, 11 de julio de 2008

"Bebe o retírate"

En la actualidad un simposio es una reunión seria en la que se discute, se analiza o se imparte una conferencia sobre un determinado tema. En la Grecia clásica también se entendía el simposio como un encuentro en el que departir, pero en un sentido bien distinto al de nuestros días.


Los simposios griegos se celebraban en una habitación especial dedicada a ellos (el andrón), en el que se situaban divanes, adornados con mirto y flores, para acomodar a los invitados, sólo hombres, pues las mujeres libres tenían vetada su participación. Para esta ocasión los ciudadanos se ponían sus mejores galas y se arreglaban con esmero (incluso Sócrates, que se granjeó justificadamente su fama de adán). En estas reuniones los invitados conversaban, reían e intentaban sorprender con su ingenio y elocuencia mientras corrían ríos de vino acompañados de heteras (prostitutas de alto nivel que disfrutaban del derecho a recibior cierta educación, en contraposición con el resto de muejeres, aunque esa será otra cosilla de la Historia).

Los asistentes, tras guardar las apariencias al principio (en el que se mezclaba el vino con agua para salvar las formas) se entregaban al completo a la alegría y la bebida. De hecho el lema de estas reuniones era "bebe o retírate".


Fuente: National Geographic

miércoles, 9 de julio de 2008

La loba capitolina rejuvenece más de mil años

Las autoridades romanas siempre han mantenido que la famosa escultura de la Loba capitolina fue realizada alrededor del siglo V a.C. (no las figuras de los gemelos que maman de ella, que son del siglo XV) , en plena época de dominio etrusco, pero ahora la estatua se ha quitado mil años de golpe.
Como decía la célebre frase de un anuncio de televisión "la prueba del algodón no engaña", en el caso de la Historia, es la prueba del carbono 14 la que no engaña. Tras unos análisis que se le practicaron a la estatua hace ahora un año, y que el Ayuntamiento de Roma no ha hecho públicos hasta ahora, se ha llegado a la conclusión de que la Loba se realizó entre los siglos VIII y XIV d.C., entre algo más de un milenio y casi dos mil años más tarde de lo que se pensaba.

martes, 8 de julio de 2008

Los perforamuros

La Atenas de la época de Pericles ha pasado a la Historia como una de las mejores ciudades de la Antigüedad para vivir si eras ciudadano de la polis por su avanzado sistema político y jurídico, que la convirtieron en el sueño democrático durante los siglos siguientes. Pero Atenas no fue sólo un ejemplo de vida para los demócratas sino también para los ladrones.

Los cacos lo tenían bastante fácil para que sus fechorías llegaran a buen puerto. La mayoría de las casas de la ciudad griega estaban construidas con débiles ladrillos de arcilla o con adobe, por lo que los maleantes no se molestaban en forzar puertas o romper ventanas para robar en las viviendas, sino que hacían un agujero en cualquiera de los muros y cogían lo que querían. A los autores de este tipo de robos se les pasón a denominar en Atenas "perforamuros".

Fuente: National Geographic Historia