En pleno apogeo nazi en la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill, primer ministro británico, se encontraba de visita oficial a la Royal Navy. En dicha visita acudió a ver cómo los cadetes realizaban unas prácticas que consistían en la explosión de un carguero para comprobar la potencia de nuevos misiles. Como se esperaba, el carguero explotó y quedó hecho pedazos. Uno de estos trozos fue una puerta del retrete con las iniciales WC. que flotaba cerca de donde se encontraba Churchill. Éste, ni corto ni perezoso exclamó: "¡La Royal Navy siempre tan gentil! No han dudado en marcar con mis iniciales los restos del buque!"
Fuente: Historia y vida
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