Los asirios (un pueblo que habitó en el norte de Irak hace algo más de 6.000 años) tenían una extraña costumbre en sus usos medicinales para aliviar el dolor en algunas operaciones, entre otras la circuncisión. Al desdichado paciente, para que no sufriera, se le inducía en un estado comatoso presionando sus arterias carótidas en el cuello, lo que le provocaba el consiguiente isquemia cerebral que le dejaba inconsciente. Era entonces cuando se le operaba. De este modo se evitaba el dolor que causa el hecho de que se le practique a uno una circuncisión así sin más, pero se corre el riesgo (como les ocurrió a algunos) de que no se despierte del coma.
1 comentario:
Me ha venido muy bien para ilustrar el tema de la ecografía de carótidas en una reunión de un grupo de expertos en arterioclerosis para el que tengo que hablar en breve.
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