Mientras el mundo miraba atemorizado en 1939 y 1940 cómo el afán imperialista alemán impulsado por la barbarie megalómana de Hitler había comenzado la Segunda Guerra Mundial atacando Polonia, en España (neutral al principio, no beligerante después, y finalmente neutral otra vez) el conflicto global se iniciaba para un sector de la economía: el hostelero.
Al dictador Francisco Franco no le hacían mucha gracia la forma de ser de nuestros vecinos europeos. Para su régimen los rusos representaban la amenaza del comunismo, los franceses eran unos degenerados y libertinos e Inglaterra era conocida como la pérfida Albión.
Los franquistas trataron de borrar toda huella de estas nacionalidades en la vida cotidiana, comenzando por la comida. Así, a la tortilla de patatas se la comenzó a llamar tortilla española para competir nominalmente con la torilla francesa. Lo mismo ocurrió con el filete ruso que pasó a ser el filete alemán, y su "compatriota" la ensaladilla rusa se convirtió en la ensaladilla nacional.
Fuente: Historia y vida
Así será la Eurocopa 2012* (ya puede irse de vacaciones tranquilamente)
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Hace 12 años
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