sábado, 31 de mayo de 2008

La estafa del Cráneo de París

Desde la segunda mitad del siglo XIX, numerosos eruditos, científicos y simples visitantes han sido víctimas de una estafa arqueológica nada más y nada menos que en el British Museum londinense y en el Museo del Quay Branly francés. Se trata del Cráneo de París, una calavera de cristal supuestamente precolombina que en teoría representa una leyenda itza (un pueblo maya que vivió en el Yucatán, en México), que durante más de un siglo cautivó a los visitantes de estos dos museos, que creían que era una espléndida muestra del arte americano anterior a la llegada de los españoles. Sin embargo, una serie de análisis realizados en los últimos doce años apuntan a que lo más seguro (parece que casi con total certeza) es que esta calavera no es más que una hábil falsificación de realizada en algún lugar del sur de Alemania entre 1867 y 1886 con cristal de roca traído de Brasil.
Muchos han caído en la trampa de creer en la autenticidad del cráneo (que por otra parte, sin evidencias que demostraran lo contrario era lo más lógico). Lo extraño es que recientemente hayan picado también en Hollywood, en concreto Steven Spielberg y George Lucas en la última película de Indiana Jones, con el agravante de que ya se había descubierto la trampa.

viernes, 9 de mayo de 2008

Muerte cochina

El joven Felipe, primogénito de Luis VI El Gordo de Francia , tuvo una muerte muy prematura y poco acorde con la manera de la que pensaban acabar sus días los miembros de las familias reales medievales (espada en mano). Según Michel de Montaigne, un mal día de comienzos del siglo XII Felipe salió a dar una vuelta a caballo cuando de repente, y casi incomprensiblemente, un cerdo rabioso embistió contra el jinete y su montura. El hijo del rey de Francia perdió el equilibrio y cayó al suelo, falleciendo poco después a causa de las lesiones por el ataque del marrano.

miércoles, 7 de mayo de 2008

El porqué del casco de Pericles

Pericles, el gran político y estratega ateniense, iba siempre a todas partes con un casco. Según Plutarco y otros historiadores posteriores, parece que se cubría la cabeza con el yelmo a causa de que esta parte de su cuerpo era desproporcionada en comparación con el resto, en cuanto a que se pasaba un poco de grande, por lo que trataba de disimular así su asimetría. Algunos poetas satíricos de la polis griega aprovecharon para burlarse de Pericles por esta circunstancia, del que decían que "tenía una cabeza alargada a la manera de una cebolla", que era el que "amontona las cabezas" o el que "amontona las nubes".
Otros autores piensan que Pericles no llevaba el casco para disumular una enorme cabeza, sino para ocultar una calvicie muy prematura. De cualquiera de las dos formas, lo que parece seguro es que el casco respondía a un complejo del estratega.
Fuente: National Geographic

lunes, 5 de mayo de 2008

El 'caballo metálico' de lujo de Lawrence de Arabia


En el cine se ha inmortalizado a Thomas Edwrad Lawrence, más conocido como Lawrence de Arabia, montado en un purasangre con una cimitarra, pero realmente combatió en Oriente Próximo en un'caballo metálico' de auténtico lujo. Participó en la guerra en uno de los automóviles considerado más lujoso de todos los tiempos: un Rolls-Royce Armoured Car (en la imagen), la versión bélica del Silver Ghost, un vehículo que unía la opulencia de la marca británica con las más avanzadas prestaciones militares de la Primera Guerra Mundial, que, sorprendentemente, se movía con relativa facilidad por las dunas del desierto a 90 kilómetros por hora, con un blindaje de 9 mm y una torre ametralladora Vickers.

Fuente: Muy Historia